jueves, 5 de enero de 2012

Noche de Reyes



Para él son todos mis deseos de esta Noche de Reyes.
Por enseñarme tanto. Por regalarme tanto.


La Noche de Reyes siempre me ha quitado el sueño... De niña por los nervios de la ilusión, por las luces que desde la calle prometían que el cortejo real llegaba ya a mi ventana...; con los años, las noches en vela confesaban alguna que otra fiesta improvisada en Pontevedra y siempre buena compañía. Hoy, con más motivo que nunca, mi insomnio tiene una cara y un nombre. Este muñeco tiene seis años, la ilusión clavada en los ojos... y una historia tras de sí que podría llenar cientos de páginas. La realidad le ha obligado a ser adulto, y la responsabilidad que exige su vida ha hecho que su inocencia salga corriendo. Con tristeza seguramente, también con alevosía. 

Su historia, en cambio, se resume rápido. Este niño nació en Madrid y seis años después se quedó solo. Su nacimiento pedía a gritos ilusión, pero sobre todo salud. Y los deseos, aún juntando todas las fuerzas, no siempre se cumplen. A los pocos meses de nacer se le detectó una terrible enfermedad que sufren alrededor de 70 niños en España. Su caso empeoró, los tratamientos no funcionaron y una delicada situación familiar obligó a los suyos a regresar a su lugar de orígen recordando, en la distancia, que en un hospital de Madrid continúa su hijo de seis años. Él se quedó solo. Desde entonces, decenas de personas de forma voluntaria y altruista comparten su vida y su tiempo con él... hacen turnos, le llevan regalos y le arrancan sonrisas por cientos. Porque él es así, no está dispuesto a perder su sonrisa... aunque le sobren los motivos.

Hace algunos días que le convencí para que me contara un secreto: un deseo, el más fuerte, el más íntimo, el más inalcanzable. Él, mimoso, acercó su boquita para hablarme al oído y me dijo que su mayor deseo era no quedarse ni un instante solo, que siempre estuvieramos a su lado para recordarle que nunca íbamos a abandonarle. Le expliqué, diplomática y compungida, que los mayores tenemos que trabajar, que tenemos que pasar tiempo con nuestros amigos, atender las casas, que vivimos rodeados de ineludibles obligaciones... Me miró y señaló a su alrededor, resignado por mi ignorancia terrible... sin darme cuenta que él  ya tenía la fórmula para conseguir su sueño. Y me complació con el razonamiento más convicente del mundo. "Tú siempre estás aquí, -me dijo con una inmensa sonrisa-, porque encontré la forma de que cada minuto, todos, estéis a mi lado". Y me enseñó, con la ilusión atrapada entre sus manos, que todo es mucho más fácil cuando se sueña desde el corazón de un niño. Su habitación está plagada de fotos que le acompañan todo el tiempo y que recuerdan los mejores momentos que ha vivido este año; la gente a la que de verdad echa de menos, los profesionales y voluntarios incondicionales que a lo largo del 2011 le han rebozado en besos y abrazos tratando de cubrir un vacío que, en realidad, llena él solo con su capacidad para invadir la realidad de esa ilusión implacable que sólo tiene la mirada mágica de un niño. 


2 comentarios:

  1. A veces quien menos te lo esperas, te da una lección de vida. No olvidaré nunca su sonrisa al verse abrir la puerta de su habitación. Desde entonces, más allá de los tópicos, una retocede antes de lamentarse y recuerda los ojos vivos y las inquietas pestañas de este muñeco. A veces lo efímero, por desgracia, te regala vida. Y él desprende mucha. Besos para todos los que cuidáis de la suya. LOLA.

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  2. Que tierna tu historia, bonita. Yo le pido a los Reyes este año que saques más tiempo para escribir y que lo compartas. Feliz 2012 y que el año te traiga todo lo que te mereces.

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